Orgullosa de ser canaria.
Orgullosa de mi tierra, de mis islas.
Orgullosa de su gente, su risa.
Orgullosa de su ambiente, sus playas, sus montes.
Orgullosa de las papas con mojo, de la carne mechada, y de los gueldes fritos.
Orgullosa del mar atlántico, ese que tantas penas y alegrías ha bañado.
Orgullosa de la hospitalidad de su gente, y de esos calurosos "mi niña/o".
Y no siempre me sentí así. Porque hubo una época en la que, ignorante de mí, pensaba que por hablar diferente era menos, que por vivir rodeada de mar era menos, o que por tener una hora de diferencia era una "aplatanada".
Y nada más lejos de la realidad.
Sólo cuando me fui a vivir lejos de mi tierra me di cuenta de lo afortunada que era. No todo el mundo puede llamar hogar a un pedazo de paraíso con temperaturas primaverales todo el año.
Orgullosa de ser canaria.
Orgullosa de ser parte "de las afortunadas".
¡Feliz Día de Canarias!
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